Todos en algún momento de nuestras vidas hemos utilizado lápices de color para realizar nuestras tareas e iluminar nuestros dibujos, pero te has preguntado ¿de dónde surgieron? y qué fue primero, ¿el crayón o el lápiz de color? Sigue leyendo para descubrir la historia de los lápices de color.
Las ceras fueron utilizadas desde el tiempo de los antiguos griegos e incluso los romanos, al contrario de los lápices de color cubiertos de madera que se vieron por primera vez en el siglo XIX y los utilizaban para marcar. A partir de esa fecha se comenzaron a crear diferentes estilos de lápices de color que van desde aquellos para trabajo, hasta los artísticos y los escolares.
Hoy, existen un sinfín de tipos diferentes especiales con diversas calidades, usabilidad, concentración de pigmentos y duración. Si estás buscando colores para uso escolar, debes fijarte que tengan punta resistente y que su durabilidad sea extensa para que no se rompa la punta fácilmente al momento de dibujar o sacarle punta. ¿Te ha pasado que hay algunos lápices de color que cuando les sacas punta se rompe y se rompe? Esto sucede porque los materiales con los que fue hecho suelen ser de baja calidad; por ello, es importante leer reseñas para asegurarnos cuales funcionan mejor.
Productos 100% no tóxicos
La marca Crayola maneja una amplia gama de tonos brillantes con fórmula mejorada para que puedas explotar tu imaginación al máximo y cuenta con todas las características antes mencionadas para que puedas colorear y colorear sin el miedo a que se rompa la punta. Además, sus productos son 100% no tóxicos, así que no debes preocuparte por eso.
Este tipo de herramientas son fundamentales en el desarrollo y aprendizaje de los niños, ya que a través de los colores nos pueden expresar sus emociones, sentimientos y sensaciones. Los colores son el medio perfecto para despertar la creatividad y la imaginación, por ello, es fundamentar brindarles la mayor cantidad de tonos a los pequeños para que nada los detenga a seguir imaginando.
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