No estaba listo para verla morirVive la vida, lo demás se recupera. | PIXABAY

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No estaba listo para verla morir

Siempre estuve fuerte al lado de mi madre, hablamos de todo, del perdón, del desapego, hasta de su muerte y de la mía, nunca me quebré.

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Por: David Dorantes / Apuntes

Hace unos días tuve que hacer de esas llamadas telefónicas que son incómodas, más allá de tratar de matizar el duro anuncio que tenía que dar, en tres momentos le dije a la persona que entendía muy bien su situación porque yo mismo lo había vivido como una decisión propia. Como una muestra de empatía, ya cuando ella se tranquilizó, en la tercera oportunidad le compartí un poco sobre lo que había pasado antes de que falleciera mi madre.

Pongo un poco de contexto. En diciembre de 2013 decidí emprender de tiempo completo como consultor en comunicación, por lo que renuncié en mayo de 2014 y desde junio de ese año no tengo un empleo, ni empleador. Debo confesar que fue una difícil decisión, pero ha sido más dura la realidad por mantener mi flujo económico hasta la fecha, ser independiente de un patrón te hace dependiente muy fuertemente de lo que vendas.

Por lo anterior, así fue como llegué a 2019, un año que en kilómetros recorrí casi tres veces la circunferencia del globo terráqueo, atendiendo a mis clientes en Chihuahua, Nuevo León, y Tamaulipas. Todos esos viajes los hice manejando por carretera, con mi fiel caballero andante –mi auto Ford Focus-, casi siempre sin compañía humana presente. Diferente a lo que muchos piensan, los viajes cansan.

Para el 31 de octubre de 2019 viajé a Nuevo Laredo para estar en la celebración del cumpleaños de mi tío Alfonso, hermano de mi mamá; después de ahí regresé a la capital de Chihuahua donde estaba asesorando en la rectoría de la Universidad Autónoma de Chihuahua; luego desde ese punto manejé hasta Antiguo Morelos, Tamaulipas, para recoger a Jhio Raga y dejarlo en el aeropuerto de Monterrey, Nuevo León; para estar el miércoles, 13 de noviembre de regreso en Nuevo Laredo. Todo el jueves me la pasé descansando, cuando recibí la llamada telefónica de mi papá que al día siguiente llevaría a mi mamá para consulta en el hospital del ISSSTE; ella entraría por su propio pie donde se quedaría –sin saberlo- hospitalizada para salir semanas después en sillas de ruedas.

Desde el viernes, 15 de noviembre hasta el sábado, 21 de diciembre mi madre estuvo entre hospitales, internada, postrada en cama, tiempo en que dejé todo para estar pegado a ella para atenderla, dado que de pronto tenía que ser asistida hasta para caminar. En ese lapso dejé de atender a todos mis clientes, perdiéndolos salvo a uno con el que le estaré profundamente agradecido toda mi vida. Ya por fin, regresamos del hospital de Monterrey con el diagnóstico sobre el mal que tenía mi mamá, ese sábado 21 me paré en la capilla de San Judas Tadeo que está en la carretera nacional, cerca de la entrada a Nuevo Laredo, para que mi madre rezara, mientras yo deseaba que las palabras de los médicos se cumplieran, pues nos dijeron que quizás alcanzaría a vivir hasta el 24 de febrero de 2020, para cambiarle un dispositivo. Murió el domingo, 29 de diciembre de 2019.

Siempre estuve fuerte al lado de mi madre, hablamos de todo, del perdón, del desapego, hasta de su muerte y de la mía, nunca me quebré. Fui a Chihuahua el sábado 28 de diciembre, la dejé con vida y regresé el 29 para enterrarla. No entendía el por qué partió de esta vida en las horas en que me alejé de ella, hasta que durante el sepelio me dijo mi querida Karo Reyes “estabas preparado para ayudarla a irse, pero no estabas listo para verla morir, y por eso ella se fue cuando tu no estabas”.

En estos Apuntes sólo te recomiendo una sola cosa: vive la vida, lo demás se recupera.

Perdí mis clientes y con ello dinero, mis deudas se dispararon de las que todavía no salgo porque además se cruzó la pandemia, pero estar acompañando a mi mami –como le decía- ese gusto por vivir, por nada lo cambio. No estaba listo para verla morir, pero sí estuve listo para estar con ella en sus últimos meses de vida. ¿Y tú, qué opinas? www.daviddorantes.com

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